Hola compadre, gusto en verte de nuevo.
– A mí también me da gusto verte Adolfo, estas conversaciones realmente me están gustando. Y comienzo con una pregunta, platicábamos que cada quien es como es; por ejemplo, mi jefe tiene sus propios puntos de vista y yo los míos, eso me ha causado ciertos conflictos ¿por qué soy como soy? ¿Por qué cada quien es cómo es?
– Independientemente de la parte biológica, creo que en este punto podríamos hablar un poco de lo que es el modelo mental, ¿te parece?.
– Si, algo leí de eso en un libro de Programación Neurolingüística, ¿es algo así?
– Efectivamente, varias disciplinas han tratado el tema, yo podría decirte que podemos distinguir dos tipos de contexto: el del mundo y el mental.
– De eso me acuerdo un poco Adolfo, según leí, el contexto del mundo es el conjunto de objetos físicos, interpretaciones generalmente aceptadas y prácticas sociales que rodean al elemento en cuestión. Mientras que el contexto mental es el conjunto de sentidos, supuestos, reglas de razonamiento, inferencias, etcétera, que nos llevan a hacer determinadas interpretaciones. A ese contexto mental lo llaman el modelo mental, ¿estoy en lo cierto?
– Así es compadre, solo para completar te diré que los modelos mentales son supuestos profundamente arraigados, generalizaciones, ilustraciones o historias que influyen sobre cómo entendemos al mundo y como actuamos en él.
– Los modelos mentales condicionan todas nuestras interpretaciones y acciones. Definen como percibimos, sentimos, pensamos e interactúanos.
– Entonces mi jefe tiene su propio modelo mental y yo el mío.
– Y tu mujer el suyo; y tus hijos compadre; cada quien, en el mundo, nadie, aunque sean gemelos tienen el mismo modelo mental, aunque pueda coincidir en un cierto porcentaje.
– ¿Y eso es lo que nos genera problemas de comunicación?
– No compadre, las distintas percepciones, opiniones y acciones no constituyen un problema en sí mismas. Éstas se vuelven conflictivas cuando una persona cree que su manera de ver las cosas es la única forma de verlas; al menos la única razonable, de acuerdo a su modelo mental.
– Ya lo comentábamos Adolfo, esos que se creen poseedores de la “verdad” y en vez de utilizar las diferentes percepciones para expandir su perspectiva e integrarlas en una visión común, cada uno de sus interlocutores se aferra a su punto de vista. Entonces ¿que podría hacer para mejorar mi relación con mi jefe? Bueno y con mi esposa, con mis hijos, vaya pues, con todos de ser posible.
– Piénsale compadre, después de lo que atinadamente me has dicho ¿a qué puedes llegar?
– Se me ocurre que podría indagar en los modelos mentales de mi jefe, esposa y los demás, en lugar de entablar una batalla para definir quién tiene la razón, puedo enfocarme en ver que cada uno tiene una interpretación diferente de la realidad y llegar a un consenso o a un acuerdo.
– ¡Muy bien compadre! y hay que tomar en cuenta que los modelos mentales son individuales, resultado de la biología, el lenguaje, cultura e historia personal de cada uno.
– Cuando entendemos que los modelos mentales son: fundamentales, inconscientes y diferentes; podemos entender por qué hay tantas interpretaciones y conflictos entre los seres humanos.
– Gracias Adolfo, me ha quedado más claro.
– No compadre, gracias a ti. En la próxima continuamos con el tema.
